10 Producción oral (Hablar)

Objetivos

  • Planificar la lectura de un poema en voz alta.
  • Interpretar un poema desde su carácter oral.
  • Crear las estrategias adecuadas para leer un poema en voz alta.
  • Diseñar una actividad cultural para leer y escuchar poesía.

Introducción

Con frecuencia, pensamos que la dimensión oral de la poesía se refiere exclusivamente a la declamación. Y aunque esta es una práctica que le da vida a la poesía y resalta con sus énfasis sonoros los temas y mensajes de un poema, lo cierto es que también la lectura en voz alta es una actividad que enriquece la emisión y recepción de un poema. De hecho, es un acto que, en cierto sentido, “democratiza” el decir poético pues libera al poema de las restricciones del medio escrito (sobre todo, de la restricción del silencio) y permite que nos identifiquemos con las palabras casi como si fuéramos sus creadores. De la declamación, en cambio, solo participan aquellas personas que sienten una inclinación particular por la naturaleza escénica de un poema y que, además, gozan de un talento especial para interpretar y transmitir el texto poético por medio de la entonación, los gestos y la mímica. La lectura en voz alta de un poema, sin embargo, no requiere de complementos teatrales para su ejecución. Ahora bien, vale la pena que se establezcan bien los propósitos. Si lo que queremos es leer el poema en voz alta con fines de goce individual, solo basta con vocalizarlo. No obstante, si queremos compartir el poema con otras personas, lo ideal sería aprender a leerlo de forma adecuada de manera que la transmisión se comprenda y se aprecie, especialmente si nos tocó profundamente y no queremos guardárnoslo. Como dice el poeta Osías Stutman: “El poema que no se lee en voz alta está muerto.”

Puerto Rico cuenta con una amplia tradición en el campo de la declamación. Desde los juegos florales, los eventos culturales en ateneos o teatros del siglo XIX hasta las tertulias de café en el San Juan de principios del siglo XX, la declamación siempre ha ocupado un lugar importante. Por ejemplo, uno de los eventos que casi siempre hace gala durante la Semana de la puertorriqueñidad en el mes de noviembre es la declamación, muchas veces, de poemas de temática jíbara o afropuertorriqueña. Aunque es valioso conocer y apreciar las tradiciones de un pueblo, también es necesario reflexionar sobre ellas para hallar maneras de enriquecerlas. Nos gustaría que reflexionaras sobre lo siguiente: ¿no te parece que restringir la experiencia oral de la poesía al ejercicio exclusivo de la declamación limita el alcance participativo? Es decir, tal vez, más personas quisieran participar de estos eventos si no pensaran que la poesía solo se declama. Si consideraran que también se lee en voz alta, probablemente les gustaría participar. La declamación, por lo común, se asocia con gestualidad histriónica y quienes piensen que no tienen el talento para el histrionismo, también pensarán que no cuentan con lo necesario para leer poesía en voz alta. Cuando hablamos de leer un poema en voz alta, no necesariamente estamos hablando de una participación especial en un evento cultural. Sin embargo, tampoco nos referimos a la lectura en voz alta para ti exclusivamente. Son muchas las razones por las cuales leemos o decimos un poema en voz alta: para comprenderlo mejor, para participar en una clase, para compartirlo con alguien de manera informal, para citárselo a alguien porque te trae recuerdos o se asocia con un tema de la conversación (esto lo hacemos mucho con las canciones), para disfrutarlo porque nos gusta mucho o, como decíamos antes, para participar de un evento cultural.

Como se mencionó en el capítulo anterior, Julia de Burgos vivió en una época cuando la poesía era una actividad muy apreciada por los públicos masivos. Fue también la época cuando la radio llegó a convertirse en un espacio cultural muy importante. Tanto fue así que, a casi 14 años de la llegada de esta a Puerto Rico (llegó en 1922), Julia de Burgos participó en un proyecto radial que se llamaba la Escuela del Aire. Dice Roberto Ramos Perea que este proyecto “suponía la intervención directa de un instrumento de alta tecnología en el salón de clases… La maestra interrumpía su clase a determinada hora para que los alumnos escuchasen las narraciones, conferencias o juegos que se transmitían a través de las estaciones WNEL (1290 KC) y WKAQ (1240 KC)” (Ramos Perea, 1992). Nuestra poeta redactó 4 textos para la radio, todos los cuales contenían versos o fueron escritos totalmente en verso. Quiere decir que Burgos escribió textos poéticos pensando en su naturaleza oral; en que iban a ser leídos por la radio para que un público “imaginario” los escuchara. Estos trabajos nos ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre la proyección y alcance de la naturaleza oral de la poesía. De ahí que su poesía nos lleve a practicar una de las destrezas más importantes como ejercicio ciudadano y quizás la más deformada por prejuicios que la reducen tales como “la mala pronunciación”.

Con el propósito de ofrecerte las herramientas necesarias para trabajar sobre este tema, te damos los siguientes consejos para leer poesía en voz alta.

  • Leer el poema en silencio previamente para identificar las pausas. Las pausas se determinan o por la ortografía o por la disposición de las palabras.
  • Identificar el tono de la voz poética y relacionarlo con el mensaje que, en tu opinión, se quiere transmitir.
  • Pensar que el poema es tuyo.
  • Como es tuyo, tú quieres que los demás te comprendan. Por tanto, tendrás en cuenta aquellos aspectos que, tal vez, entorpezcan la comprensión como lo son el vocabulario desconocido o las imágenes que rompen con la lógica común.
  • La consideración anterior te llevará a buscar estrategias para hacer posible la comprensión. Recuerda: la actuación no es requisito; por tanto, piensa en estrategias tales como la ejecución de pausas, el énfasis en ciertas palabras, la entonación emocional y las miradas de vez en cuando al oyente.
  • Puesto que lo principal sería establecer un acto comunicativo marcado por la espontaneidad, lee con naturalidad, evitando la afectación, sobre todo, en la pronunciación.
  • Cuida el volumen de tu voz: ni muy alta, ni muy baja. Adquiere un timbre neutro; es decir, evitando ser agudo (chillón) o grave (como bajo operático).
  • Dijimos anteriormente que es importante establecer énfasis donde sea necesario para transmitir con eficacia el mensaje; sin embargo, procura no abusar de los énfasis y evita la duración larga de las palabras. Es decir, no leas “Sigue sieeendo poema Julia de Burgos…”.

A continuación, te dirigimos para que apliques estas estrategias con la lectura de dos poemas: “Réplica” y “Se me ha perdido un verso”. Comencemos.

Réplica

Como has visto hasta el momento, en la poesía de Julia de Burgos abundan los verbos que tienen que ver con desplazamientos físicos. En este poema observa estos: trepa, sigue, ruta, levanto, fugo, sendero, paso, se suelta. ¿Qué relación pueden tener esos verbos con el tema central del poema?

(A Antonio Coll Vidal)

Sigue siendo poema Julia de Burgos;
la que no tiene nada de ser burguesa,
la que canta sin arpa por los jardines
y se riza hasta el alma con la tormenta;
la que en ayes y risas su voz confunde
y se trepa en canciones por la floresta;
la que sigue la ruta de los guijarros,
y no seca su llanto de borinqueña.

Sigue siendo poema Julia de Burgos;
la burguesa del cosmos, que no es burguesa
como quieren los hombres, pues se sonríe
mucho más que al espejo, al río y la selva…

Me levanto y me fugo con los ensueños.
Como quieren los hombres, no soy casera:
seré siempre escondite de los perdidos,
y sendero en las alas de los que esperan…
Mi canción, la que hoy rompe sus horizontes
en la sombra caída de luces yermas
y se enreda en los pasos de las nevadas,
sigue siendo tonada fija en las sierras.

Será siempre poema Julia de Burgos,
la que no tiene nada de ser burguesa,
la que rompe los siglos en sus vestidos,
y se suelta la vida por las estrellas.

Envío:
Si en tu verso tendido fui creadora
de un enorme espejismo de flor burguesa,
con mi impulso salvaje de golondrina
desataré tu erguida voz de poeta.

Actividad 1

¿Qué harás en esta etapa? Vas a concentrarte en el poema “Réplica” para practicar la lectura en voz alta de un poema. Para tales fines, seguirás los consejos que te ofrecimos anteriormente y tomarás en consideración el contexto anecdótico en el que surgió el poema “Réplica” y que a continuación te ofrecemos. El objetivo final puede ser doble: leerlo para tu propio placer o leerlo para compartirlo con una persona, varias personas o con un público en particular.

El contexto anecdótico, que puede enriquecer la lectura que se haga de este poema, es el siguiente: según la periodista Rosa Luisa Torregrosa, en un artículo escrito en 1970, “Réplica” fue producto de una conversación literaria que se dio entre Julia de Burgos y Antonio Coll Vidal (un poeta vanguardista de Puerto Rico) durante un homenaje que se le ofreció a la poeta en la ciudad de Nueva York cuando la comunidad hispana la recibió en ocasión de su primera visita. Para entonces, Coll Vidal le dedicó un poema a Burgos, del cual te compartimos algunos versos:

 

Este poema lo hizo Julia de Burgos.
Lo hizo ella, no importa que yo lo escriba,
porque fue en la honda fuente de sus verdades
donde halló abrevadero mi fantasía;
y porque su poema de veinte surcos
y su canción de pura verdad sencilla
fueron las fuerzas cósmicas que vinieron
a despertar los sueños que en mí dormían…

Hoy que se despereza mi prosa diaria
con el hálito inmenso de tu poesía,
tú eres, Julia de Burgos, la creadora;
yo apenas soy el eco de tu voz íntima.

 

Según nos refiere Torregrosa, cuando Burgos lo leyó, “[s]e retiró a un camerino del teatro en que se celebraba el acto. Media hora más tarde regresaba con el manuscrito de su ‘Réplica a Antonio Coll Vidal’”. ¡Fascinante! Nuestra poeta escribió en tan solo media hora un poema que en circunstancias normales probablemente le habría tomado más tiempo. ¿Qué puede decirnos todo esto? Que la poeta pensó su poema como si se lo estuviera hablando a Coll Vidal en ese instante. Solemos decir que alguien “escribe como habla” cuando no ha revisado bien su escrito. Sin embargo, esta anécdota nos revela algo fundamental: la poesía se puede escribir como si se hablara; lo que implica, a su vez, que puede estar hecha para la voz de alguien. Te extendemos, pues, una invitación para que esa voz sea la tuya. ¡Qué mejor homenaje se le puede rendir a una poeta como ella! Practica la lectura de este poema en voz alta siguiendo los consejos ya ofrecidos.

Actividad 2. Crea tu propio decálogo

Te ofrecimos ocho consejos en la introducción de este capítulo. Con dos más, sería un decálogo (conjunto de reglas básicas). ¿Qué tal si los completas tú en compañía de tus pares de clase? Cuando estés pensando en las posibilidades, no olvides tomar en cuenta la experiencia que ya tuviste leyendo en voz alta el poema “Réplica”.

Actividad 3. La poesía es un acto de vida

Determina si es indispensable saber y pensar sobre el contexto anecdótico que te comentamos anteriormente para poder leer un poema como “Réplica” y si esa información le añade algo diferente a la lectura en voz alta que se puede hacer de este.

Actividad 4: Decir un poema sobre un poema

Si hay algo que hace de la poesía de Julia de Burgos un gesto totalmente universal es su postura, como artista, frente al objeto mismo de su creación. Nuestra poeta escribió varios textos que caen dentro de lo que se conoce como metapoesía; es decir, la poesía cuyo tema es la propia poesía o el acto de escribirla. En esos poemas se nos revela, más que nada, su mente arquitectónica. Una mente creadora que reflexiona, proyecta y diseña un objeto artístico. Lo fascinante de estos poemas reflexivos es que muestran a una artista resuelta, que se enfrenta tú a tú con su arte.

Para seguir practicando la lectura en voz alta de un poema, te invitamos a que ahora utilices el texto “Se me ha perdido un verso”, que va por la misma línea de lo expuesta arriba. Ten en cuenta que es un poema en el cual la voz poética personifica a quien en ocasiones se convierte en su interlocutor principal: el verso. Te sugerimos que, cuando lo leas en silencio, marques las diferencias que se producen entre el primer “Verso” que “partió calladamente, deforme…” y el último, que se convierte en “afirmación”, “fuerza” y “revolución”. Prepara un organizador gráfico con esas diferencias.

Como parte de la planificación para llevar a cabo la lectura en voz alta, imagínate que estás frente a un público en un centro cultural de tu comunidad. Antes de leer el poema, quisieras comentar un poco sobre lo que, desde tu punto de vista, trata. ¿Cómo lo resumirías? Considera en tu resumen lo que arriba te comentamos sobre la metapoesía. También, para facilitarte la tarea, divide el texto en dos partes:

  • La primera parte, donde se nos presenta la trayectoria del verso desde que se produce en la mente de la poeta hasta que sale.
  • La segunda parte, todo aquello que la poeta le dice al verso. Es decir, todo lo que prosigue a la exclamación ¡Tú! ¡Verso!

Aquí está el poema.

Se me ha perdido un verso

¿En qué poema anterior viste el uso de las palabras “estatua”, “esculpir” y “fugarse”? ¿Tienen el mismo significado en ambos poemas? ¿Podría haber alguna relación entre ellas y el tema de la creación artística?

Como verás, en este poema en particular se da un desplazamiento muy interesante: las ideas que se forjan en la mente y que salen hacia fuera por medio del lenguaje poético.

 

Sorbiendo las verdades ocultas a mi lado,
en la noche callada dejé perder un verso.

Cada verdad clamaba la estatua de palabras
que esculpía velozmente mi activo pensamiento;
y por no ser de todos, con ímpetu de ave,
por la puerta que vino se me fugó mi verso.

En él no hubo el deseo de izar las emociones
cansadas y pequeñas tiradas al momento,
y halándose la vida, deshizo su edad breve
y se quitó del mundo verbal de mi cerebro.

Partió calladamente, deforme y mutilado,
cargando en su mutismo el vago sentimiento
de haber vestido en carne gastada de palabras
para exhibir mi entrada a un intento poético.

¡Tú! ¡Verso!
En ti se haga la vida de otra mente,
de otra inquietud extraña, de otro dolor.
¡Tú! ¡Verso!
He aquí el gran escenario que en tu mirar de ave
deforme y mutilada por no entrar en mi alero,
verás surgir, en asta de mudos horizontes
filtrándose hacia abajo sabiéndose pequeños:

Cuatro calles de hombres. Cuatro calles cuadradas
hechas al sol de afuera con impulso hacia adentro.

Creyentes taciturnos moviéndose torcidos
en el valor estático de cuatro ángulos rectos.

Valor de agua estancada en el no ser de siglos
que murieron de inercia bajo su propio peso.

Valor de hombre cuadrado agachándose humilde
para hundirse en las aguas con torpeza de siervo.

¡Tú! ¡Verso!
En ti no se hizo el hombre; ni los siglos.
Lo estático se ha roto en tu canción.
¡Tú! ¡Verso!
Has vuelto a la vibrante definición de forma
que entibiaste a la sombra del impulso primero.

Ya puedo definirte. Traes ímpetu de idea,
y vibra en tus palabras el ritmo de lo nuevo.

Eres el hoy del mundo; la afirmación; la fuerza.
¡Revolución que rompe las cortinas del tiempo!

En tu Sí, inevitable revolución del mundo,
me he encontrado yo misma al encontrar mi verso.

 

Proyecto creativo: Leer poesía como práctica cultural

Vas a trabajar este proyecto con el diálogo en verso titulado “La parranda del sábado”, uno de los cuatro que escribió Julia de Burgos para la Escuela del Aire. Si lo puedes leer con otra persona de manera que puedan dividirse las partes de Alfonso y Joaquina, respectivamente, sería mucho mejor. Después de leerlo, haz una lista de todos los comentarios (críticas) sociales que se deducen de los parlamentos de estos dos personajes a luz de la época en que fue escrito. Tendrás que hacer un poco de investigación sobre el Puerto Rico rural de los 1930 y la violencia vecinal. A partir de esa lista, determina el aspecto educativo que se desprende del texto completo. Piensa por qué la poesía leída en voz alta pudiera ser un ejercicio de enseñanza y aprendizaje. Te proponemos, entonces, que diseñes un proyecto cultural para tu comunidad escolar, universitaria o la comunidad donde vives, en el cual la poesía leída sea el evento principal; sobre todo, considerando sus fines educativos. En ese proyecto puedes incluir “La parranda del sábado” así como otros textos de Julia de Burgos donde se rastree algún tipo de concienciación social. Compartir colectivamente el acto creador es otra manera en que los poemas se convierten en “afirmación”, en “fuerza” y en “revolución que rompe las cortinas del tiempo” para usar las propias palabras de la poeta. Es la forma también en que la poesía trasciende. Cuando sacamos los poemas del contexto académico y los compartimos en comunidad hay muchas más probabilidades de que sobrevivan con el paso del tiempo. Como hiciste en el ejercicio anterior, trata de pensar en el tipo de audiencia que asistirá a la actividad. Delinea objetivos claros para que sea exitosa. No olvides planificar una breve introducción que sirva para presentar y contextualizar brevemente el texto. Esto es importante para que la audiencia cuente con suficiente información y así reflexionar mientras escuchan. Lo ideal sería que la actividad se llevara a cabo realmente, pero si no se puede, al menos, concéntrate en diseñar un plan de trabajo como si fuera una pequeña propuesta. Esta podría tener los siguientes elementos: descripción de la actividad, justificación (¿por qué es necesaria), objetivos, participantes, audiencia y cualquier otro renglón que te parezca pertinente.

 

La parranda del sábado
Diálogo

Alfonso:

Joaquina mía, ¡qué gresca
la de la noche del sábado!

Joaquina:

Alfonso, yo todavía
del susto aquel no he pasado.
Como esa parranda, amigo,
no ha habido otra en el barrio.

Alfonso:

Lo bien que íbamos todos
al compás del seis chorreao,
en los brazos de su novia
cada cual encandilao.
¿Recuerdas, Joaquina mía,
cuando dijiste, “Te amo”?

Joaquina:

Bien que lo recuerdo, Alfonso,
que al tú besarme en la mano
no pude más que decirte
lo que sentía de antemano.
¡Qué dicha tierna y sublime
cuando se está enamorado!

Alfonso:

Como lo estamos nosotros,
¿verdad?, mi ángel amado.
Pienso qué sería de mí
en este lar solitario
si algo te hubiese ocurrido
en la parranda del sábado.

Joaquina:

El pobre Pancho Quiñones
por querer ser el más guapo
buscó garata enseguida
y lo dejaron sembrado.

Alfonso:

Si hubiera sido prudente
mi tío Don Anastasio,
con sólo algunas palabras
todo lo hubiese arreglado.

Joaquina:

Pero chico, si es que allí
todos estaban “paleados”.
No se escapó del “cañita”
ni el mismo Don Anastasio,
y cuando empezó la gresca
no se conocía ni el gato.

Alfonso:

Bueno, de todas maneras
ya lo pasado es pasado.
Pancho Quiñones ha muerto.
Nosotros hemos quedado.

Joaquina:

Una gran filosofía
ésa que me has apuntado,
pero para su familia
no te veo muy acertado.
“Pancho Quiñones ha muerto;
nosotros hemos quedado”.
Pero, ¿dirán eso mismo
su madre y sus tres hermanos?
No, Alfonso, son muy variados
los sentimientos humanos.
Entre palabras y risas
nosotros lo comentamos
y sin embargo, los otros
sufren su muerte, callados.

Alfonso:

Bueno, Joaquina, una cosa:
Vamos a casa de Pancho…

Joaquina:

¡Cállate, Alfonso, ¿no ves
que es hoy, en el camposanto,
donde reposa el que era
Pancho Quiñones, el guapo?

Alfonso:

Bueno, querida, yo digo
a su casa allá en el llano
donde queda su familia:
su madre y sus tres hermanos.
Lo que yo quiero decir
es que vayamos andando
hacia la casa que fue
y sigue siendo de Pancho.
Pues tú sabes que es costumbre
por toditos estos campos
que si se vende una finca,
o si se muere fulano
esa finca sigue siendo
del que la tuvo hace años
en boca de los vecinos
y en boca de los extraños.
Por eso fue que te dije:
vamos a casa de Pancho
pues su casa y su finquita
serán de él por muchos años.

Joaquina:

Bueno, te entiendo, sigamos
por el camino de abajo
pues aunque (tú mismo sabes)
vengo de “cepa” de guapos,
yo siento un poco de miedo
desde que se murió Pancho.
Pero no es miedo a los muertos
que se pasan desandando
en la mente de los hombres;
y que en los cerros y llanos
atajan a los mayores
y asustan a los muchachos.

Alfonso:

Ya sé, Joaquina, tu miedo,
no es por la muerte de Pancho,
ni de Monchito Rivera
ni de Pedro ni de Paco.
Tu miedo no es a los muertos
que por tu vida pasaron.
Son todos los miedos juntos
los que te tienen temblando.
Miedo del vivo y del muerto,
miedo del cerro y del llano,
miedo del día y de la noche,
de la tierra y del espacio.
Miedo de todo.

Joaquina:

Mentira.
Aquí tú no has acertado;
porque hay un miedo, mi vida,
que en mi alma no ha albergado;
A ti, a ti no te temo;
no tengo miedo a mi amado.

Alfonso:

Muy bien, Joaquina, me alegro.
Sé que me quieres. Ven, vámonos.

Otra variante de esta actividad

Otro proyecto cultural podría ser la presentación de unas grabaciones rescatadas de Julia de Burgos en su propia voz que podrás encontrar en el Archivo virtual del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Estas podrían estar insertadas en algún tipo de programa cultural sobre poesía. Si se lleva a cabo en un salón de actividades o un teatro, podrían preparar una proyección de imágenes alusivas a su poesía mientras se escucha su voz. Piensa en otros recursos tecnológicos, digitales o humanos que pudieran enriquecer la actividad en términos artísticos. Antes o después, podría haber un panel de expertos o aficionados de su poesía para conversar informalmente sobre esos poemas o analizarlos.

 

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Desde el Caribe para el mundo: lengua y comunicación Copyright © 2024 by Carmen M. Rivera Villegas and Rocío Luque Colautti is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License, except where otherwise noted.

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